Bienvenida

Un lugar para descubrir «las dedicatorias en las guardas y las anotaciones en los márgenes [...], el sentimiento de camaradería que suscita pasar las mismas páginas que alguien ya ha pasado, y leer los pasajes que alguien, hace mucho tiempo, me ha señalado» (Helen Hanff, 84 Charing Cross Road).

viernes, 12 de julio de 2013

Vidas anestesiadas

Anestesia, del griego ἀναισθησία, "insensibilidad".

Bosque de pinos
(Ivan Shishkin, 1885)

La ciudad nos contempla, mientras caminamos sordos, ciegos, por calles que derraman sopor. Embotados en nuestra seguridad perpetua, a salvo de todo menos del "stranger danger", del peligro del otro; a salvo incluso de nosotros mismos, amordazados por la tele y la compradicción.

En la naturaleza, en cambio, cualquier sonido, cualquier movimiento nos alerta, nos despierta, aturdidos, del murmullo interior. Todo es vida y, potencialmente, muerte. Por eso de noche, rodeados de pinos y piedras, los pensamientos no asustan. A cada instante nuestra vida pugna por serlo, por seguir sintiéndose vida. El crujir de las ramas y el roce del viento ahuyentan los miedos falsos, solo dejan paso al miedo verdadero, el miedo a la muerte, que cuando llega –sigiloso, insinuándose tenuemente– nos hace de nuevo conscientes del valor de estar, de verdad, vivos. 

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